Así nació la Fundación...
“Un hecho disparador me motivó a trabajar con niños y jóvenes con discapacidad intelectual. Hace muchos años me pidieron ser ‘abrazador’ en una carrera con atletas con discapacidad intelectual. La tarea era sencilla: mirar a uno de los corredores a los ojos durante todo el recorrido, para que no se distrajera y viniera directo hacia mí. Miré a los ojos al muchacho, abrí los brazos de par en par y comencé a llamarlo y vivarlo para que viniera hacia mí, sin quitarle jamás la vista de encima. Él me miraba y sonreía, y corría con fuerzas porque el triunfo, para él, significaba envolverse en mi abrazo. Cuando llegó, lo abracé tan fuerte que se me estremeció el corazón. Y de ese estremecimiento nació una de esas alegrías que pocas veces se sienten en la vida. Eso me hizo tomar la decisión de que, en cuanto pudiera, intentaría volcar hacia ellos todo lo que el deporte me da”.
Cecilia Baccigalupo
El salto de la Fundación
Durante una de las series de Copa Davis de 2005 jugada en Buenos Aires, alumnos de la Fundación participaron de la jornada y pelotearon junto a “la legión” al finalizar el encuentro. Pablo Maciel “saltó” la red y se fundió en un abrazo con Guillermo Coria.
La gente ovacionó de pie, los locutores relataban el hecho con la voz quebrada por la emoción. Los reporteros gráficos capturaron ese momento que fue tapa de todos los suplementos deportivos del día siguiente y resultó nuestro “bautismo” público en los medios.
El día después
La repercusión de la imagen de ese abrazo fue increíble. A partir de ese día la Fundación no sólo recibió mensajes de clubes y escuelas que se interesaron por nuestro trabajo, sino que también nos llovieron llamados de padres animados a inscribir a sus hijos. Así se abrieron tímidamente las puertas de las primeras empresas decididas a colaborar. De esta forma, nacieron las escuelas deportivas de tenis y hockey y nuevos referentes deportivos se acercaron para apadrinar nuestra labor y difundir las actividades. Entre otros, jugadoras de la selección nacional de hockey y su ex entrenador, Sergio “Cachito” Vigil, los tenistas David Nalbandian, Guillermo Cañas y Paola Suárez y el padelista Fernando Belasteguin. Así Cecilia Baccigalupo recibió el premio Juntos Educar 2005 por su trayectoria en el ámbito educativo, otorgado por el Arzobispado de la Ciudad de Buenos Aires.
Tomamos vuelo
El 2006 fue un año de crecimiento. La Fundación participó como invitada en los principales eventos deportivos a nivel nacional. Organizó su primera Cena Subasta Solidaria. Viajó a España junto a seis alumnos, al primer Encuentro Iberoamericano de Jóvenes con Discapacidad Intelectual, organizado por la Fundación Iberostar en Mallorca. El viaje fue posible gracias a una campaña de recaudación denominada, justamente, “El Abrazador”, y a partir del cual nuevas personas y entidades se sumarían como voluntarios o sponsors de la Fundación. En España, nuestros alumnos: Pedro Molina, Pablo Maciel, Leandro Ideses, Pablo Sanguinetti, Santiago Chiappe y Patricio Acuña conocieron y jugaron con otros jóvenes y se codearon con Carlos Moyá y otros grandes del deporte. Pedro Molina y Pablo Maciel, además, visitaron el Fútbol Club Barcelona y jugaron en el Camp Nou con Messi, Saviola y Ronaldinho, que recibieron a los chicos con el más cálido de los afectos. Pedro, resumió así la experiencia en la conferencia de prensa: “vamos a representar a la Argentina como campeones del corazón”. Se fueron campeones y volvieron campeones.
Un crecimiento sostenido
Los años fueron pasando y comenzó a gestarse la idea de llevar tanto amor y conocimiento a otras zonas del país. Bajo el lema #FederalizandoAmor se abrieron nuevas Escuelas propias: Mar del Plata, Salta y Córdoba. Pero, también se generaron Alianzas con diferentes instituciones que recibieron nuestro asesoramiento y supervisión como por ejemplo en Bahía Blanca (Asociación Integrar) y Río Gallegos (Río Gallegos Tennis Club). Por último, viajamos por distintas ciudades (Posadas, Rosario, Rafaela, Santa Fé) brindando talleres de capacitación a docentes de deporte adaptado lo que ha generado vínculos que redundaron en la realización de actividades compartidas o invitaciones a nuestro Torneo Nacional Fundación Baccigalupo que se realiza anualmente desde 2007.
Actualmente, la Fundación brinda deporte a más de 650 alumnos entre escuelas propias y alianzas.